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ISS – Cuidar de los espacios para que acompañen a las personas en su regreso a la oficina

Con la llegada de septiembre, muchas organizaciones se preparan para un nuevo ciclo laboral. El regreso a las oficinas, tras las vacaciones de verano, marca el inicio de un periodo clave para revisar procesos, activar espacios y renovar dinámicas de trabajo. En este contexto, el Facility Management (FM) se posiciona como una figura estratégica y esencial para que la vuelta a la oficina no sea solo operativa, sino significativa.

Porque más allá de abrir puertas y encender luces, se han de repensar los entornos desde múltiples dimensiones, teniendo en cuenta los distintos ritmos y las necesidades. En este sentido, el estudio “El espacio de trabajo como motor de crecimiento” que hemos impulsado desde ISS señala que el 86% de los encuestados en nuestro país trabaja actualmente en un modelo híbrido, lo que exige diseñar espacios que ofrezcan flexibilidad, confort y funcionalidades adaptadas a los diferentes formatos laborales.

Uno de los principales retos de la vuelta a la oficina tras un periodo de baja actividad es readaptar los espacios a una rutina más dinámica. El primer paso es garantizar un entorno seguro y saludable, acondicionando los sistemas de climatización, ventilación e iluminación, además de realizar una limpieza profunda.

El aspecto técnico es crucial, también es esencial enfocarse en dar respuesta a las distintas necesidades de las personas, como flexibilidad, bienestar, interacción social, etc. Según el mismo estudio, un 60% de los encuestados en España afirma que acudiría más a la oficina si ofreciera mejores instalaciones y experiencias; y es aquí donde el FM puede marcar la diferencia, no solo gestionando, sino contribuyendo a diseñar entornos más adaptados.

Porque la vuelta a la oficina es, al mismo tiempo, un reencuentro, tanto con los equipos como con la organización; y el FM puede facilitar e impulsar experiencias, generando espacios que promuevan el sentido de pertenencia y la cohesión. Asimismo, el diseño de zonas comunes acogedoras, el fomento de la luz natural, habilitar áreas para el trabajo informal y otras para la colaboración espontánea son acciones que, aunque puedan parecer pequeñas, tienen un impacto directo en la motivación de los colaboradores.

Apostamos, por tanto, por crear espacios bien gestionados, cuidados y adaptados que realmente influyan positivamente. Porque en momentos clave del año, como septiembre, estos estímulos pueden marcar la diferencia entre un regreso rutinario y uno ilusionante.

Además de los retos logísticos y humanos, el regreso a la oficina ofrece una oportunidad única para impulsar la sostenibilidad y la eficiencia operativa. Reactivar un edificio no debería ser simplemente “volver a encenderlo”, sino repensarlo desde una lógica más consciente, eficiente y responsable.

En este punto, las empresas de integración de servicios tenemos la capacidad de liderar estrategias que reduzcan el consumo energético, optimicen recursos y minimicen la huella medioambiental. A través de tecnologías de monitorización, mantenimiento preventivo y uso de materiales sostenibles, se puede transformar la gestión diaria en una palanca de cambio real. Desde sistemas de climatización e iluminación de bajo consumo, hasta programas de reciclaje, puntos de carga eléctrica o el uso de productos de limpieza ecológicos, cada acción suma.

Esta capacidad para alinear la operación diaria con los objetivos estratégicos de una organización es la que convierte al Facility Manager en una figura clave para liderar el cambio. Ya no se trata solo de mantener lo que hay, sino de avanzar hacia el futuro poniendo en el centro a lo más importante que tenemos: las personas.

Este enfoque más centrado en el equipo humano está haciendo que conceptos como el bienestar, la biofilia y la neuroarquitectura estén cobrando protagonismo como elementos clave en el diseño de los espacios de trabajo, convirtiéndolos en entornos que inspiran y cuidan.

Así pues, septiembre no es solo un mes de regreso, también es una oportunidad de renovación, de repensar cómo usamos nuestros espacios y cómo queremos trabajar. Y en ese contexto, el Facility Management se convierte en el engranaje que hace posible que las oficinas funcionen e inspiren, facilitando una vuelta al trabajo efectiva, que conecte a las personas y que esté alineada con los retos de cada organización.

Raquel Cruz Almarza. Directora división de servicios integrados y servicios técnicos de ISS España